THOMAS CANET
PAX

(Edición especial + copia de 13×18)

Siempre me ha parecido muy difícil, y a menudo un contrasentido, escribir sobre
mis fotografías. Al fin y al cabo, en ellas está todo lo que quiero transmitir, y
realmente hay poco más que añadir. Creo que es el espectador quien debe dotarlas
de un nuevo sentido que le es propio al proyectar sobre ellas su experiencia
personal.
Pero aquí me hallo, entre las necesidades promocionales y la imposición de la
editorial, ante el rigor de la hoja en blanco.
Este libro se titula Pax. Me doy cuenta que después de Criptogramas hubiera sido
mejor buscar algo que sonara un poco distinto, pero al asomarme a estas imágenes
solo me viene a la cabeza la paz que sentí tras una guerra que únicamente se
libraba en mi interior.
Pax está construido como la idea de un diario. Un diario repleto de conflictos,
dudas, huidas, pero también de descubrimientos, certezas y amor. Lo que más
recuerdo es el fluir entre fotografías inevitables, imágenes que me hablaban y
entre las cuales encontré mi voz como autor. Quería que el título englobara todo
esto, y ahora ya lo hace.
Llevo varios años viajando por Pax, y aquí surge la gran pregunta: ¿Se puede viajar
por el viaje de otro? No quiero dar demasiadas pistas o forzar al espectador a
seguir mis pasos, pero sí puedo enumerar algunas de las ideas que me
acompañaron durante su gestación. A saber:
Sueños, manchas solares, enfado, madrugón, noche estrellada, dunas, colgado, Arte Moderno, la edad de oro, origen, el aleph, caos, el mundo en calma, la gran muchedumbre, la despensa del francotirador, el parque, galaxia, ritmos, nubes, el autorretrato de mi padre, sol negro.

Sigue al conejo blanco, y él te mostrara el camino.